Por Belly Molina
Montecristi, República Dominicana. Partió a su morada eterna el profesor José
Alejandro Peña Navarro, feroz combatiente a la dictadura de Rafael Leónidas
Trujillo Molina.
El profesor de educación física Peña Navarro nació el 26 del
mes de noviembre del año 1941 en la ciudad de San Fernando de Montecristi,
República Dominicana. Sus padres Onofre Arturo Peña Cabreja (Gabot) y Librada
Patria Navarro de Peña (María), ésta hija del General Andrés Navarro.
Desde muy temprano mostró su interés en las actividades
deportivas, formando a los 14 años de edad el club Brisas del Morro, junto a figuras como
Manuel Toribio Virgil (Mañe), Manuel Peña (Morocho), entre otros.
A la edad de 19 años, cae preso político el 08 de Febrero del
1960, al ser develado el movimiento clandestino anti trujillista 14 de Junio, liderado
por el Dr. Manuel Aurelio Tavarez Justo
“Manolo”, llevándolos a las más crueles torturas y sufrimientos, sillas eléctricas en la
cárcel de La 40 y La Solitaria de la penitenciaría nacional de la victoria.
José Alejandro, dedicó gran parte de su vida al magisterio en la enseñanza de educación física, siendo reconocido en multiples ocasiones, su último reconocimiento fue en diciembre del pasado año, donde el Instituto Nacional de Educación Física (Inefi), lo reconoció como Maestro de Siempre.
El legado del profesor es amplio porque siempre encabezaba
las delegaciones deportivas en juegos nacionales y otras justas del deporte que
celebraban en el país.
Comerciante a carta cabal teniendo reconocidos negocios como
el emblemático desparecido Estrella Mar en la playa Juan de Bolaños al que el
denominaba “el Club Náutico de los Pobres”, Mini Market Peña, entre otros.
Junto a su
amada doña Livia Perdomo de Peña
procrearon un ramillete de profesionales en distintas áreas. Como son la Dra, Milka Peña Perdomo, Lic. José Alejandro Peña Perdomo, Arq. José Ernesto Peña Perdomo, Lic. Hindre Arturo
Peña Perdomo, Ing. José Alfonso Peña Perdomo,
Lic. Juan Alejandro Campo y Yanio Andrés Campos.
Dedicado a la apicultura donde se paseaba por las escuelas y
liceos de la provincia impartiendo charlas sobre la inteligencia de las abejas,
antorcha que ha sido pasada a su benjamín el ingeniero Solín.
Un ciudadano ejemplar que será siempre recordado por sus
travesuras, donde su edad no fue obstáculo para realizar sus piruetas en una
motocicleta, cualquier mañana o tarde en la carretera de la playa Juan de
Bolaños, sorprendía a los visitantes con sus habilidades.
Activo participante por muchos años del carnaval de Montecristi. Y
como no recordar en el mes de diciembre el personaje de Santa Claus desde una
camioneta repartiendo mentas y otras golosinas a los niños de los barrios de
San Fernando.
Hoy, nos toca despedir un ejemplo de integridad, de esfuerzo, de lucha para encaminar por el sendero seguro a su descendencia, tomando como norte que la familia está primero. Te vas, en paz con la satisfacción de que has dejado un buen legado en tus pasos por la tierra.
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